
FIN DEL IMPERIO VISIGODO Y DOMINIO ÁRABE EN LA PENÍNSULA.
Tariq instaló su cuartel general en el peñón de Gibraltar bien protegido por su altura, mientras iba recibiendo a su ejército en sucesivos desembarcos. Desde allí, comenzó el saqueo y toma de zonas y ciudades de la baja Andalucía que dio inicio a la invasión del reino visigodo por dirigentes musulmanes del Califato Omeya. Esta invasión se prolongó quince años, hasta 726, y ocupó casi toda la península Ibérica.
En 712 se inicia la conquista sistemática: Muza pasa a Hispania con más contingentes y va tomando las principales ciudades Sevilla, Carmona, Mérida, Toledo, Zaragoza, Pamplona, donde llegaron en el 714 . Tariq y Muza en ese año se dirigieron hacia Damasco para dar cuenta de su actuación y al frente del gobierno quedaba Abd al-Aziz que aumentó las conquistas peninsulares hasta Zaragoza y Coimbra. Sus sucesores llegarón a Barcelona en 718 y a Toulouse en 721.
En los primeros momentos los musulmanes no innovan, al igual que lo habían hecho en otras zonas conquistadas (bizantinas y persas) aceptan la organización existente y se superponen a ella; de hecho sustituyen a los reyes visigodos y, como ellos, encontrarán dificultades para asegurar el dominio en las zonas del norte del la Península.
Los dominios visigodos de las Galias no fueron ocupados hasta el 720: Al Samh entró en Narbona y puso fin al dominio del noble Ardón en esas tierras. Los intentos de penetrar en Aquitania fracasaron por las divisiones del islam, a pesar de la ayuda prestada por nobles francos enemistados con Carlos Martel, quien derrotó a los árabes en Poitiers. Esto supuso en breve plazo el repliegue de los árabes a los Pirineos, tras el avance franco en el sur de Francia por Pipino el Breve ( el padre de Carlomagno) en Septimania y Provenza.

ESTRECHO DE GRIBRALTAL
Las tierras tomadas por las armas fueron repartidas: una parte pasó a manos del estado y el resto se repartió entre los conquistadores siguiendo dos modalidades; en pleno dominio o como una cesión por parte del estado, que implicaba el usufructo de éstas, una especie de beneficio.
Las modalidades de asentamiento de los musulmanes es un tema poco conocido por la historiografía actual. Pero parece que hay unanimidad en su distribución geográfica:
Los árabes venidos con Muza se instalaron en zonas de llanura, en torno a los valles de los grandes ríos y en lugares próximos a las costas mediterráneas andaluzas y en las huertas levantinas. Cogieron las mejores tierras.
Los bereberes se quedaron en lugares más afines con su antiguo hábitat marroquí, ocuparon zonas de elevada orografía, tanto en el centro .-sistema Central, Extremadura- como en Andalucía -Serranía de Ronda, Cord. Penibética, el Algarve...
Los sirios procedentes de los "yund" -acantonamientos militares de Siria o Egipto- que pasaron a la península para ayudar a reprimir la sublevación de los bereberes del 741, fueron asentados en zonas del sureste de Andalucía, de forma muy similar a la situación que anteriormente tenían en sus países de origen.
