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Los Bizantinos conquistan Italia. (S.VI- 553)

En 1527 ascendía al poder Bizantino el emperador Justino I, un emperador ambicioso y con planes expansionistas, deseaba recuperar esos territorios para su imperio, el imperio romano Oriental que gobernaba. El primer golpe a modo quizá de ver cómo funcionaban sus sueños, fue la conquista del imperio Vándalo en el norte de África; para ello contó con uno de los mejores generales de la época, ¡Belisario!; en el año 533 y con suma audacia, Belisario conquistó la totalidad de imperio.

 

Con ello el siguiente objetivo ya sería Italia administrada por los Godos, Justino quien observaba como Belisario ganaba popularidad entre el pueblo no estaba dispuesto a cometer los mismo errores del gran imperio romano por lo tanto decide n darle el mando absoluto al general para dicha conquista.  Justiniano era muy inteligente si se hubiera efectuado con coordinación, los ostrogodos habrían tenido que dividir sus fuerzas y el éxito quizá hubiera triunfado. Las cosas en Italia también pintaban bien desde el punto de vista político.

Para esta invasión, también Justiniano buscó un pretexto. El reinado del anterior rey ostrogodo Teodorico, había dado al reino paz y prosperidad, al contrario que los vándalos en África, Tedorico se ganó la amistad de los romanos de Italia, practicando una política de tolerancia con su religión, así que la convivencia  fue armoniosa. 

En diciembre del 536, Belisario entró en la milenaria Roma, mientras el entraba por el sur, la guarnición ostrogoda se retiraba por el norte. Por aquel entonces Roma era una ciudad de unos 100.000 habitantes, muy lejos de los 1.200.000 que había a mediados del siglo II, y aunque aún poseía edificios magníficos, no era ya la que fue en tiempos del imperio romano, cada vez se acercaban a la conquista total de Italia.

 

Justiniano I

Belisario también se benefició en el robustecimiento de su regimiento personal, los ostrogodos, faltos de un señor a quien servir tras la capitulación del rey Vitiges, dirigieron sus ojos al general Belisario, y comenzaron a inundarle con peticiones de alistamiento en su regimiento personal, dado que los ostrogodos eran guerreros sin par, y Belisario solo aceptaba a los mejores entre los nuevos reclutas, pudo tener donde elegir.

Belisario recibió una carta del emperador felicitándole por sus logros y marchó a Constantinopla con el rey Vitiges y el cuantioso botín del reino ostrogodo. Ciertamente solo quedaba la ciudad de Ticinum en manos de los ostrogodos y se creía que no habría dificultad en conseguir que la ciudad capitulara.

Justiniano dejó al mando de las operaciones a varios generales con el propósito rematar la campaña prácticamente ya acabada, pero se eso hablaremos más tarde, como también hablaremos del nuevo rey ostrogodo que nombraron varios miembros de la nobleza ostrogoda que vieron descontentos que Belisario no iba a ser su nuevo rey, ente rey se llamaba Totila.

La conquista de Italia en el 535 hasta la reducción de las últimas guarniciones ostrogodas en el 562, habían pasado 27 años de guerra y privaciones. Pero Narsés quien era un hombre de confianza de Belisario no aflojó en cuanto a la materia impositiva, (ni hubo relajación en ninguna otra materia) y no hubo la tan deseada y necesaria bajada de impuestos.

 Las altas autoridades italianas habían acudido de vez en cuando a Constantinopla a presentar quejas de la conducta del Gobernador de Italia, pero Justiniano I tenía plena confianza en Narsés, amén de que como era un eunuco no podía aspirar al trono bizantino, ¡y esto pesaba mucho en la tranquilidad del emperador!, toda queja sobre Narsés cayó en saco roto.

 Italia tras la guerra quedó devastada por las operaciones militares que ostrogodos y bizantinos desarrollaron en sus tierras, hambre, privaciones y muchos sufrimientos tuvo que soportar la población italiana, la cual durante el reinado del anterior rey ostrogodo Teodorico, solo había conocido paz y prosperidad.

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